domingo, 7 de noviembre de 2010

Renacimiento cultural durante la Dinastía Sung del Sur

En términos históricos, el dinastía Sung, una de las siete grandes dinastías de China, se divide en dos períodos distintos: Sung del Norte y Sung del Sur. Durante la dinastía Sung del Norte (960–1127), la capital se encontraba en la norteña ciudad de Pienking (Bianjing 汴京, conocida hoy como Kaifeng, 開封), controlándose en aquel tiempo la mayor parte del territorio del interior de China. La dinastía Sung del Sur (1127–1279), se refiere al período que siguió después que la casa imperial de los Sung perdiera el control del norte de China y se retirase al sur del río Yangtzé, estableciendo su capital en Lin-an (臨安, hoy conocida como Hangchow, 杭州), ubicada en la provincia de Chekiang (Zhejiang).
El período Sung se caracterizó por el ser el primer gobierno en la historia universal en usar el papel moneda como medio de cambio y divisa de curso legal. También fue la primera administración china en establecer una armada permanente. Esta dinastía también vio el primer uso conocido de la pólvora y el discernimiento del Norte usando la brújula.
A pesar que la dinastía Sung del Sur había perdido el control sobre el sitio tradicional del nacimiento de la civilización china a lo largo del cauce del río Amarillo, su economía no estaba en ruinas, y el reino albergaba al 60% de la población china de ese entonces, así como la mayoría de las tierras agrícolas más productivas. Para defender sus costas y ríos, se reforzó considerablemente su fuerza naval, constituyéndose en una verdadera armada para los estándares de esos tiempos.
La debilidad militar de la dinastía Sung del Norte condujo finalmente al triste desenlace de la caída del imperio. En 1127, las hordas jurchen saquearon Pienking (actual Kaifeng) y tomaron como rehenes al emperador retirado Hueitsung (Huizong, 徽宗, 1082–1135), a su hijo, el emperador Tsintsung (Qinzong, 欽宗, 1100–1161), y casi la totalidad de la familia real.


Retrato del emperador Kaotsung sentado. Anónimo, dinastía Sung (960-1279). Rollo colgante, tinta y colores sobre seda. 185,7 x 103,5 cm. (Fotos cortesía del National Palace Museum, Taipei, Taiwan, China)
El emperador Kaotsung aparece con un gorro de gaza negra y largos listones horizontales, vestido con una bata de color carmesí. Tiene un semblante gentil y refinado, con un aire de académico consumado cuyos ojos brillan de vitalidad. En algún momento posterior, la obra fue severamente dañada. La misma fue reparada durante la dinastía Ching (Qing), varios siglos después. El trasfondo dañado fue removido y reemplazado con seda, con baños de tinta para reparar las partes afectadas de la obra. Se nota algunas diferencias en la coloración, pero afortunadamente, los colores originales pueden verse en la parte que sobrevivió los daños.

El noveno hijo de Hueitsung, Chao Kou (Zhao Gou, 趙構,1107–1187), huyó hacia el sur y reestableció la corte Sung en Lin-an, donde fue proclamado emperador el 12 de junio de 1127. La dinastía Sung del Sur continuó subsistiendo por más de un siglo y medio, hasta que su capital fue finalmente conquistada por los mongoles, quienes habían fundado la dinastía Yuan (1271–1368). Chao Kou adoptó el título imperial de emperador Kaotsung (Gaozong, 高宗) y su reinado es denominado como el período o era Shaohsing (Xaoxing, 紹興).
Al inicio de su reinado, Kaotsung usó a excelentes generales, tales como Li Kang (Li Gang, 李綱, 1083–1140), Yueh Fei (Yue Fei, 岳飛, 1103–1142) y Han Shih-chung (Han Shizhong, 韓世忠, 1089–1151), quienes lograron repeler exitosamente los contantes ataques de los jurchen.


Retrato de la emperatriz Yang sentada. Anónimo, dinastía Sung (960-1279). Rollo colgante, tinta y colores sobre seda. 189,5 x 110,2 cm.
Sus verdaderos orígenes son desconocidos, ya que la emperatriz Yang (1162-1233) entró en la corte como una joven acompañando a su madre adoptiva. Bajo el cuidado y la tutela de la madre del Emperador, la gran emperatriz Wu, ella fue presentada a Ningtsung, quien se casó con ella. Entre los funcionarios de la Corte había uno llamado Yang Hsi-shan, que la tomó como hermana. Esa es la razón del por qué ella se llamaba a sí “Yang Mei-tzu” (Hermanita Yang). A pesar de sus orígenes humildes, ella se esmeró en los estudios y llegó a ser muy diestra en pintura y poesía. Su estilo caligráfico es muy similar al del emperador Ningtsung, a quien servía con frecuencia como escribana. En la pintura, ella porta una corona floral con coletas en forma de dragón. Su traje es de tela multicolor con largas mangas, el diseño de la tela tiene parejas de faisanes bordados, denotando gran elegancia y exquisito diseño.

Pero, tras varios años de lucha y significativos triunfos militares, el emperador Kaotsung decidió adoptar una postura pacifista frente a la amenaza de los jurchen. La principal razón de este cambio de actitud se debe al canciller Chin Hui (Qin Hui, 秦檜, 1090–1155), un oscuro personaje que no deseaba que el ejército Sung derrotara a los jurchen, por temor que el emperador Tsintsung retornase al trono. Chin Hui, que había sido capturado por los jurchen junto con los dos últimos emperadores de la fenecida dinastía Sung del Norte, retornó a la dinastía Sung del Sur varios años después, reclamando una milagrosa fuga de manos de sus captores. Posteriormente, fue integrado a la corte por el emperador Kaotsung.
Ante las insinuaciones de Chin, y con el temor de perder el trono con el posible retorno de su hermano, Kaotsung accede a conjurar una trama en contra de Yueh Fei, el aguerrido general que era el terror de los jurchen, por haber sido invicto en todas sus batallas. Al mismo tiempo, el general Han Shih-chung también fue dado de baja.


Orden Imperial presentada a Yueh Fei. Emperador Kaotsung (1107-1187), dinastía Sung. Rollo de mano, tinta sobre papel, 36,7 x 61,5 cm.
En otoño de 1137, el general Yueh Fei dirigió sus tropas en una gira de inspección de las fortificaciones fronterizas en contra de los jurchen. El emperador Kaotsung escribió esta misiva imperial en respuesta al informe presentado por Yueh acerca de su inspección. En la misma, se elogia y exhorta a Yueh para que mantenga su lealtad hacia la patria. Kaotsung estudió caligrafía con su padre, el emperador Hueitsung de la anterior dinastía Sung del Norte. Kaotsung remonta los orígenes de su estilo a Wang Hsi-chih (Wang Xizhi,王羲之,303–361), considerado como el “calígrafo sabio”. Copiando los trazos de pinceles de antiguos maestros de pasadas dinastías, el Emperador alcanzó tal dominio en esta forma artística que su escritura tuvo un enorme impacto en la práctica de la caligrafía en la dinastía Sung del Sur. La carta está compuesta en escritura regular, pero tiene elementos de la escritura de corrido. Los trazos y puntos son refinados, impartiendo mucha elegancia a los caracteres. En este decreto imperial sobre un tema militar, los espacios al inicio y fin del mismo son consistente, mostrando los excelentes logros de Kaotsung en la caligrafía.

Yueh Fei fue víctima de una acusación ambigua, donde no le pudo comproba su culpa. Pero, Chin ordenó su arresto y posteriormente fue ejecutado en la cárcel. Seguidamente, a instancias de Chin Hui, el emperador Kaotsung firmó el denigrante Tratado de Shaohsing, donde prácticamente el imperio Sung declara ser un Estado vasallo de la dinastía Chin (Jin), como se denominaba oficialmente el reino de los jurchen. En el infame documento, Kaotsung cede gran cantidad de territorios y promete pagar tributos ante la corte de los jurchen.
El período Sung del Sur no fue una era de poder ni de estabilidad, ya que la dinastía sólo podía controlar la parte sur del río Yangtsé. Al inicio del período, en vez de asignar personas capacitadas para los diversos cargos del Estado, el emperador Kaotsung se opuso a las política del excelente primer ministro Li Kang, y revirtió la estrategia militar de una de resistencia activa a una de defensa pasiva. Posteriormente, los funcionarios con talento fueron reemplazados por personas menos competentes, que mantuvieron a la dinastía en situaciones no muy favorables en términos militares.


Ilustración del Clásico de Piedad Filial
Anónimo, dinastía Sung (960-1279)
Página de album, tinta y colores sobre seda, 28,4 x 35,9 cm
(Caligrafía atribuida originalmente a Kaotsung (1107-1187) y pintura supuestamente de Ma Ho-chih (1131-1189)
Este album era probablemente un gran rollo con un texto alternado con imágenes. Posteriormente, debido a daños ocasionados por el tiempo, fue recortado y montado en un formato de hojas de album con volúmenes separados para el texto y las pinturas. Las ilustraciones procuran representar el significado del deber filial y la lealtad hacia el gobernante entre las personas de los diferentes niveles de la sociedad. De allí, existen trasfondos diferentes. En términos generales, las imágenes corresponden al texto de la obra, resaltando los puntos de vista de un “gobernante virtuoso”.
Aunque el estilo de la caligrafía es similar al del emperador Kaotsung, es probable que sea la obra de un escribano de la Academia Imperial de Caligrafía. Sin embargo, el estilo de las pinturas es completamente variado, con mucha similitud a los estilos de Li Tang y Hsiao Chao. Empero, las inscripciones en la parte final son todas auténticas del período Sung.


Pero, a pesar de su precaria situación militar, el período Sung del Sur disfrutó de una época de relativa creatividad y prosperidad. El arte se desarrolló en medio de una cultura urbana caracterizada por un activo comercio exterior y el surgimiento de una clase mercantilista que procuraba también disfrutar de las diversiones y entretenimientos que previamente estaban reservadas para los nobles. Los nuevos ricos disfrutaban particularmente de la pintura que mostrase en un estilo realista los aspectos felices de la vida diaria.
Frente a la nueva situación política, entorno geográfico y atmósfera cultural, los gobernantes Sung del Sur promovieron las artes como un vehículo del Sendero o Vía prescrito en las enseñanzas confucianistas, poniendo particular atención a los papeles que desempeñaban los ritos y la música. Siguiendo la tradicional apreciación del arte de la caligrafía de la familia imperial Sung, los emperadores Kaotsung, Hsiaotsung (Xiaozong, 孝宗, 1127–1194) y Ningtsung (Ningzong, 寧宗, 1168–1224) hicieron hincapié en el uso de la pintura y caligrafía como medio didáctico de las artes.
Con frecuencia, los textos escritos narraban historias de ellos transcribiendo personalmente los Textos Clásicos, siendo presentados a las instituciones académicas de ese entonces. Los miembros de la familia imperial también escribían versos sobre pinturas, para ser entregadas a funcionarios de alto rango. A la vez, solían escribir eulogias en pinturas donde se elogiaban a antiguos gobernantes y sabios, promoviendo así la ética tradicional en la cultura.
Al reafirmar en la moral confucianista, la familia imperial Sung del Sur reestableció un orden ideal para los campos político y social. No sólo sobresalieron los emperadores en estas actividades de promoción cultural, sino también algunas de sus consortes, como los casos de la emperatriz Wu, esposa del emperador Kaotsung; y la emperatriz Yang, cónyuge del emperador Ningtsung.
Para la época Sung del Sur, la imprenta de tipos móviles, que fue inventada durante fines de la dinastía Tang, se encontraba en pleno auge, logrando que los libros fuesen menos costosos y de más fácil acceso. El creciente acceso a la educación y el florecimiento de las artes y letras condujeron a una intensa actividad intelectual. En este período, también se presenció un resurgimiento del confucianismo, ahora renovado y fortalecido con el budismo para integrar una nueva cosmovisión conocida como el neoconfucianismo.
La dinastía Sung del Sur constituye un período crucial en el desarrollo cultural de China. La corte no sólo se presentaba como heredera de la línea ortodoxa del poder mediante un reforzamiento de las reglas tradicionales de los ritos y la música, sino que también infundió vida en las tendencias literarias del área sureña de Jiangnan, a la vez que otorgaba gran importancia a la educación confucianista, y la convergencia de las tradiciones budistas y taoístas.
Entre sus más sobresalientes exponentes del pensamiento tenemos a Chu Hsi (Zhu Xi, 朱熹, 1130–1200) que representa la escuela ortodoxa del confucianismo dedicada al estudio de los Textos Canónicos Clásicos.
Aparte de la pujante actividad intelectual, la corte también llevó a cabo diversos programas de desarrollo económico, donde se expandió la agricultura, floreció el comercio y surgieron muchos centros artesanales. La prosperidad económica trajo consigo importantes cambios en el arte y la cultura.
Con el papel moneda en amplia circulación junto con monedas y lingotes de oro y plata, el comercio tuvo un auge sin precedentes durante la dinastía Sung del Sur. Las monedas de cobre del imperio rebasaron las fronteras y se convirtieron en el medio de cambio en muchas de las naciones vecinas.
En los puestos de comercio a lo largo de su frontera, llegaban piezas de joyería y porcelanas del Estado de Chin, al mismo tiempo que grandes cantidades de seda, té y especias eran llevadas al norte. Las rutas marítimas se expandieron a muchos otros países asiáticos, llevando mercaderías chinas a otros lares y permitiendo que mercaderes extranjeros llegasen a las costas chinas, enriqueciendo los contactos culturales.

Tsun con esmalte celadón, cerámica Kuan
Dinastía Sung del Sur
Este recipiente, denominado en chino tsun (zun), tiene una boca extendida, un centro redondo comprimido y una base sólida. Está cubierto con una gruesa y bien distribuida capa de esmalte celadón, impartiendo una sensación de brillo y calidez. Su pared externa muestra cuatro hendiduras verticales, donde la capa ligeramente más delgada de esmalte permite ver el color marrón original de la arcilla. Debido a la diferencia en el tiempo de expansión del calor y contracción por el frío entre el esmalte y la arcilla, se ha producido un craquelado irregular de la pieza. Este es una característica particular de cierto género de porcelanas hechas por los hornos imperiales. La pieza es elegante y solemne.
Después del Incidente de Chingkang, a fines del período Sung del Norte, el ejército Jurchen conquistó el norte de China y un hijo del último emperador de dicho período huyó precipitadamente hacia el sur, trasladando con él el centro político del imperio. En consecuencia, era sumamente necesario que el nuevo emperador llevara a cabo rituales religiosos para legalizar el mandato imperial. Pero, en esos tiempos de guerra, era dífícil obtener objetos rituales hechos de bronce o jade para las ceremonias religiosas.
Para llenar este vacío, la corte ordenó que se produciesen y usasen temporalmente cacharros hechos de madera, cerámica y porcelana. Los primeros hornos imperiales estuvieron ubicados en Huichi (Huiji), Soochow (Suzhou) y Hangchow (Hangzhou), siendo esta última la principal localidad. Bajo la supervisión de la corte, toda la porcelana de los hornos imperiales al inicio del período Sung del Sur tenía formas estandarizadas. Todas las piezas de cerámica y porcelana estaban destinadas a reemplazar los recipientes rituales de bronce, de modo que muchas de las piezas iniciales se hicieron con el fin de imitar a los antiguos cacharros de bronce. Este particular recipiente de celadón imita la forma de un antiguo cacharro
tsun de bronce.

Cerca de su costa sudoriental, Taiwan y otras islas aledañas también presenciaron el ir y venir de los mercaderes Sung del Sur, cuyas huellas aún se pueden ver en el día de hoy como una reminiscencia de un pasado esplendoroso. Artística y literariamente, el vecino Estado de Chin fue poco a poco asimilando las tradiciones chinas provenientes de su vecino al sur.
Para legitimizar su mandato y la continuidad del reinado, los emperadores Sung del Sur realizaban solemnes ceremonias rituales donde se hacían ofrendas al Cielo, a la Tierra y a los antepasados. Como la anterior dinastía del Norte terminó abruptamente en medio de un gran caos, la mayor parte de los objetos rituales originales de bronce y jade se perdieron o fueron tomados como botín de guerra de los invasores jurchen. En consecuencia, la corte tuvo que reemplazar tales objetos con copias hechas de cerámica, madera o bambú.
En los hornos imperiales se confeccionaron cacharros de cerámica Celadón en la forma de los antiguos objetos de bronce. Dentro de este género, también sobresalieron las piezas en cerámica Ru. Por órdenes del emperador Hueitsung (Huizong), de la anterior dinastía Sung del Norte, se preparó el Catálogo Hsuanhe de Antigüedades, que posteriormente se convirtió en una obra de referencia para la restauración del sistema de los objetos rituales en el subsecuente período. Ya en tiempos de mayor tranquilidad y prosperidad, volvieron a hacerse artefactos para los ritos hechos de bronce y jade, mostrando el interés por revivir el pasado y hacer hincapié en las ceremonias ancestrales.
Las expresiones culturales en esta época se orientaban hacia la elegancia y el refinamiento, donde los pintores de la corte reproducían vívidas escenas de los banquetes en el Palacio Imperial, las actividades durante las cuatro estaciones del año, las celebraciones festivas, así como la vida diaria dentro y en los alrededores de la actual ciudad de Hangchow.
Indistintamente si estas obras eran registros de hechos reales o productos de la imaginación de sus autores, todas reflejan la prosperidad y suntuosidad que disfrutaban los miembros de las clases sociales más altas y la familia imperial en Sung del Sur.
La elegancia de la vida de los académicos, los jardines privados de los ricos, la ceremonia del té, la declamación de poesías, así como la apreciación de pinturas, caligrafías y curiosidades artísticas han quedado plasmados en las obras de arte de esa época, convirtiéndose en temas especializados de la pintura china.
La temática de figuras humanas en la pintura china adquiere popularidad durante los períodos de las Cinco Dinastías y la Dinastía Sung del Norte, con obras de artistas de esa época que sobreviven hasta el día de hoy. Indistintamente sean retratos de miembros de la nobleza o ciudadanos comunes, ellos revelan y describen las tradiciones de la vida popular, complementados con abundantes versos.
Durante la dinastía Sung del Sur, este género se refina y aparece una rica variedad de obras que muestran una perfección en las destrezas artísticas para expresar los sentimientos y vicisitudes de la vida diaria en el pueblo.
Después de los años de gran turbulencia política de los períodos históricos que la antecedieron, la dinastía Sung del Sur fue una época culturalmente rica en la historia china, donde se fusionaron las culturas norteñas y sureñas, junto con la asmilación de ideas de múltiples fuentes.
Los literatos de ese período pusieron gran atención a la herencia cultural de las dinastías anteriores y eran particularmente diligentes en la preparación de tratados sobre todos los temas, incluyendo los asuntos diarios, temas religiosos, aplicaciones de diferentes instrumentos y técnicas, así como contenidos enciclopédicos.
A pesar de su gran prosperidad económica y animado escenario cultural, el período Sung del Sur padecía de una debilidad en el campo militar. Durante esa época, los militares estaban organizados de tal manera que se pudiese asegurar que el ejército no constituyese una amenaza a la Corte Imperial, con frecuencia a costo de la efectividad en el campo de batallas. El ejército imperial estaba dividido bajo el mando de varios mariscales, que respondían en forma directa e independiente al Emperador. Como el monarca rara vez dirigía las campañas militares en persona, las tropas carecían de un mando unificado. Por otro lado, la Corte con frecuencia veía con malos ojos a los generales que triufaban en muchas batallas, ya que creía que podría poner en peligro la autoridad imperial. En sus momentos críticos, muchos de ellos eran removidos de sus cargos, o en el peor de los casos, ejecutados. Un ejemplo notorio de ello es el caso del General Yueh Fei.
Los funcionarios de la Corte, de gran formación académica, consideraban a los militares como miembros de la clase más baja en la jerarquía social. Por ende, un militar sólo podía adquirir prestigio y posición social tras volverse en un oficial de alto rango en mérito a una serie de victoriosas batallas.
Tras la aparición de los mongoles como potencia expansionista, éstos tuvieron constantes conflictos con otros dos reinos: el Hsia (Xia) Occidental y Chin (jurchen). Esta situación hubiera sido una excelente oportunidad para que Sung del Sur consolidara su hegemonía y expandiera sus territorios. Pero, debido a la estrategia de defensa pasiva que había adoptado la dinastía no le permitió adoptar una postura más agresiva en el volátil entorno de ese entonces.
Muy pronto, los mongoles ocuparían todo el territorio de Hsia Occidental y atacarían a los jurchen. Tras perder la mayor parte de sus territorios norteños, los jurchen arremeten contra las posiciones de Sung del Sur. Por su insistencia en la defensa pasiva, las tropas Sung del Sur no tenían suficientes recursos para mantener a raya a los jurchen de la dinastía Chin. Ya cuando los últimos estaban al borde de la derrota final, la dinastía Sung del Sur decidió unirse a los mongoles para acabar con el enemigo común. La acción fue muy poco sabia, ya que sus nuevos aliados serían mucho más peligrosos que los jurchen.
Tras conquistar los últimos reductos jurchen, los mongoles pusieron sus ojos sobre el imperio Sung del Sur. En 1276, el ejército mongol captura Lin-an (actual Hangchow), poniendo fin a la dinastía Sung del Sur. Algunos ministros Sung huyeron hacia las sureñas provincias de Kwangtung y Fukien, reestableciendo una corte Sung en miniatura que tuvo muy corta duración, desapareciendo unos tres años después.

domingo, 13 de junio de 2010

La Edad de Bronce en China


Tsun de oblación con incrustaciones de turquesa y filamentos de oro. Período Chou Oriental a Estados Combatientes (475﹣221 a.C.) 28,5 x 39.7 cm. Excelente ejemplo de incrustaciones de metales preciosos en cobre. (Fotos cortesía del National Palace Museum, Taipei, Taiwan, China)

En un intento por clasificar la etapa prehistórica de la humanidad, los arqueólogos e historiadores occidentales han concebido un sistema basado en tres períodos de tiempo consecutivos divididos específicamente en la tecnología predominante usada para la manufactura de instrumentos, a saber: Edad de Piedra, Edad de Bronce y Edad del Hierro.

Sin embargo, este sistema de tres períodos resulta díficil de aplicar en las regiones fuera de Europa, para la cual fue diseñado. En otras regiones del mundo, no existe una diferencia tan clara de las eras prehistóricas basada en la tecnología usada en las herramientas y objetos comunes. Por lo tanto, los expertos consideran en el día de hoy que usar el sistema de las tres edades para designar el avance de las sociedades humanas constituye un enfoque poco científico.

Generalmente, se considera que la Edad de Bronce en China se inició durante la etapa posterior de la dinastía Hsia (Xia, 2205-1766 a.C.), y se extendió por unos 1.500 años a través de varias dinastías, abarcando la Shang (1766-1122 a.C.), Chou Occidental (Zhou Occidental, 1122-770 a.C.) y Chou Oriental (Zhou Oriental, 770-221 a.C.). Incluso después de la subsecuente aparición del hierro en las dinastías Chin (Qin, 221-206 a.C.) y Han (206 a.C.-221 d.C.), se siguió utilizando el bronce por mucho tiempo en China.

Los historiadores no han llegado a un acuerdo acerca de las fechas que limitan una “Edad de Bronce” en China. La dificultad radica en que la aplicación de dicho término denota un período donde los utensilios de bronce reemplazaron a los de piedra, siendo posteriormente reemplazados por las herramientas de hierro. Esta división es relativamente clara en la historia de Europa y el Medio Oriente; pero en China, se complica por dos situaciones, el descubrimiento de la tecnología del hierro y la continua presencia de herramientas, armas y objetos rituales de bronce en épocas muy posteriores.

Los cacharros de bronce más antiguos han sido encontrados en las excavaciones de sitios relacionados con la cultura Machiayao (Majiayao, 馬家窯文化), un grupo de comunidades neolíticas que se encontraban en el cauce alto del Río Amarillo, en las provincias de Kansu (Gansu) y Chinghai (Qinghai), que los arqueólogos datan entre 3100 y 2700 a.C. A partir de ese entonces, se supone que los antepasados del pueblo chino entraron gradualmente en la Edad de Bronce.

Durante esas eras remotas, solamente la clase gobernante podía comisionar la manufactura y usar los preciosos objetos de bronce. En esa época, se consideraban el culto y la guerra como los asuntos más importantes de un Estado. El bronce era fundido principalmente para hacer objetos rituales, aparte de armas, con el fin de ofrecer sacrificios a los antepasados pidiendo por sus bendiciones para tener un linaje perpetuo.






Recipiente Sung. Chou occidental tardío (899-771 a.C.), 63 x 44,4 cm. Base: 24,3 x 31,7 cm. Posiblemente se usó para guardar vino.


En consecuencia, del arreglo y la cantidad de objetos de bronce utilizados en una determinada ceremonia ritual, uno podía conocer el estatus social y la posición del noble que presentaba la ofrenda. Por ende, los objetos de bronce eran los artefactos rituales más importantes en la sociedad aristocrática durante los períodos Shang y Chou.

La metalurgía del bronce en China se originó en lo que es denominado como el período Erhlitou (Erlitou 二里頭文化, 2000-1500 a.C.), que algunos historiadores colocan dentro de la dinastía Shang, mientras que otros consideran que pertenece a la anterior Hsia.

En este sentido, la Galería Nacional de Arte de Estados Unidos define la Edad de Bronce en China como el “período entre 2000 a.C. y 771 d.C.”, un período que se inicia con la cultura Erhlitou y termina abruptamente con la desintegración de la dinastía Chou Occidental.

En muchos aspectos, esas dos tempranas dinastías fueron cruciales en la formación de la cultura china. Políticamente hablando, con una creciente preocupación humanista, el mandato teocrático original se fue transformando gradualmente en uno regentado por los rituales y convenciones sociales.

Materialmente, las avanzadas técnicas para derretir y moldear el bronce dieron inicio a una nueva era de contenedores rituales y armamento. El avance en las habilidades artesanales y la tecnología propiciaron la aparición de una amplia gama de industrias.

Tsun en la forma de un animal con cabeza de ave. Período de los Estados Combatientes (481-221 a.C.), 20 cm x 4,5 cm de diámetro.


El bronce fue la primera aleación de importancia obtenida por el ser humano, lograda mediante la mezcla de cobre y estaño, así como otros minerales, en proporciones diferentes dependiendo de la región.

Como su aparición en China está significativamente más tardía que el descubrimiento del bronce en Mesopotamia, algunos autores consideran que la tecnología del bronce fue importada a China. Sin embargo, existen suficientes razones para afirmar que el descubrimiento del cobre en China ocurrió espontáneamente, desligado de toda influencia externa.

Espiritualmente hablando, los dos principales asuntos de Estado, el culto y la guerra, se expresaban a través de las diferentes formas y patrones de los objetos rituales de bronce, que eran el medio poderoso para entrar en comunión con las deidades y los antepasados.

Por otro lado, las incripciones en los objetos de bronce registraban las ocasiones rituales en que fueron hechos tales cacharros: ritos festivos, campañas militares o ceremonias para conferir condecoraciones o dar reconocimientos.

Incluso las armas hechas de bronce llevaban en muchas ocasiones marcas y signos que denotan una relación sacra. Los chinos solían inscribir formas antropomorfas y zoomorfas, así como símbolos abstractos en los objetos de bronce. Algunas piezas mayores incluso tienen inscripciones que han ayudado a los arqueólogos e historiadores a decifrar mejor la historia china, especialmente en períodos tan oscuros como la dinastía Chou.

Los bronces del período Chou contienen narraciones históricas que no se encuentran en ninguno de los textos antiguos que han perdurado hasta nuestros días. La relativa durabilidad del bronce ha permitido preservar los registros históricos de mejor forma que los manuscritos.

Muchos especialistas denominan la variedad de signos que encontramos en los antiguos cacharros de bronce como la “escritura del bronce”, aunque estrictamente hablando, no ha existido un tipo tal de escritura. Se considera que esta forma de inscripción es un sistema intermedio entre los grabados de los huesos de oráculo y la escritura china formal.

En China, la cultura en torno al bronce, exaltada en los ritos y la música representados en los calderos y campanas; en el culto y la guerra cuando se rendía honor a los antepasados; y el nuevo Mandato heredado y elaborado repertorio textual durante el período Chou, siguió jugando un papel importante aún después de la unificación definitiva del Estado chino bajo las dinastías Chin y Han.

Si bien los objetos de bronce cedieron gradualmente su papel central en el sistema ritual, los mismos se transformaron en un prototipo cultural del pueblo chino, profundamente enraizados en la esencia de su cultura y pensamiento. Los cacharros de bronce que han perdurado hasta nuestros días muestran dicha esencia: extensa y elaborada; pero a la vez, profunda, pero moderada en sus líneas.

lunes, 22 de febrero de 2010

Auge y caída de los kitanes

Un grupo de kitanes preparándose para salir de caza. Pintura de la dinastía Sung.

En los albores de la historia, las tribus nómadas que vivían en las vastas estepas del norte de Asia tuvieron permanente rivalidad con la cultura agraria de la planicie central de China. Cuando surgió el Imperio Chino, se apostaron tropas para mantener estas huestes al otro lado de la Cordillera Yin, una formidable barrera natural que separa estas dos regiones geográficas.
Algunos de estos pueblos nómadas tuvieron mejor suerte que otros. Algunos de ellos incluso llegaron a formar un imperio que amenazó la existencia misma del Imperio Chino.
En el año 907, el jefe de una tribu nómada, Yelu Abaoji (耶律阿保機, 872-926), unificó a todos los kitanes bajo su mando y fundó una capital en Linhuang (臨潢府), en la actual provincia de la Mongolia Interior, China continental. Con la ayuda de asesores chinos, creó un gobierno centralizado y promulgó leyes y decretos para pasar por alto el poder de la nobleza kitán, que hasta ese entonces era la encargada de escoger al líder de su federación.
Declarándose emperador en el año 916, Yelu Abaoji fundó el Estado Kitán, que posteriormiente fue formalmente denominado como dinastía Liao por su nieto. Durante su corto reinado, Abaoji condujo campañas militares y expandió su territorio, conquistando a los uigures y otros pueblos históricamente ya olvidados. Su hermano, Yelu Diela (耶律迭剌), creó la escritura kitán, basado en los caracteres chinos.
Estos son algunos aspectos sobresalientes de un pueblo nómada que llegó a tener un período de gloria y grandeza, dejando un extraordinario legado cultural para la posteridad. Se trata de los kitanes.

Mapa que muestra la correlación de la dinastía Liao (Kitán) con otros pueblos importantes en su perisferia.

Los kitanes se originaron en los confines de la cabecera del río Laoha, en la parte oriental de la Mongolia Interior. Este antiguo grupo étnico se asentó en el cauce superior del río Liao, exactamente en las inmediaciones de los ríos Laoha y Shira Muren, en la región de Manchuria. El pueblo kitán estaba dividido en ocho tribus que vivían en las estepas desde la actual provincia de Liaoning hasta la Mongolia Interior.
Los etnólogos consideran que provienen de los hsienpei (鮮卑, xianbei), una de las cinco etnias que componían originalmente los tunghu (東胡, donghu) o “bárbaros del este”, pueblos nómadas de origen proto-mongólico. El término hu (胡) era utilizado en el lenguaje chino antiguo para denominar a los pueblos que vivían fuera de China, y su origen etimológico proviene por homofonía del caracter hu (鬍), que significa “barba”, haciendo alusión a la apariencia generalmente barbuda de esos pueblos, a diferencia de los chinos han, que solían andar afeitados.

Redoma en forma de cresta de gallo, un objeto muy peculiar que se halla con frecuencia en las excavaciones de tumbas de nobles kitanes. Colección del Museo de Mongolia Interior.

Los primeros registros de los kitanes en las fuentes históricas chinas se remontan a los inicios de la dinastía Wei del Norte (386 – 534), en la segunda mitad del siglo IV. En esa época, se trataba de un pueblo nómada que tenía relaciones con el reino chino, intercambiando cahallos y pieles por bienes chinos. Sin embargo, los kitanes fundaron un muy poderoso imperio cinco siglos después. Denominado como dinastía Liao (907 – 1125), tuvo una duración de más de dos siglos.
Durante la dinastía Tang (618 – 907), un líder de los kitanes, Kuko (窟哥, Kuge), al mando de las tribus que le eran fieles, declararon pleitesía ante el Emperador chino. En el año 22 del Reinado Chenkuan [貞觀, Zhenguan (648 d. C.)], la dinastía Tang instituyó la Gobernación General de Sungmo (松漠都督府, Songmo); nombrando a Kuko como gobernador general y otorgándole el apellido imperial Li, pasando a llamarse Li Kuko (李窟哥,Li Kuge) desde entonces.
Bajo el mando de Li Kuko, la dinastía Tang pudo consolidar su frontera en el noreste de China, siendo sobresaliente la derrota de los gorios (antepasados de los coreanos), quienes aliados con los hsi (奚, xi), intentaron conquistar a los kitanes. Sin embargo, a la muerte de Li Kuko, sus descendientes no siguieron manteniendo una relación muy amistosa durante toda la dinastía Tang.

Cofrecillo de oro con incrustaciones de piedras preciosas y espejo de bronce (siglo X). 25 x 11,7 cm. Colección del Museo de Mongolia Interior.

Varias décadas después de la muerte de Li Kuko, un descendiente suyo, Li Chin-chung (李盡忠, Li Jinzhong), junto con su primo, Sun Wan-jung (孫萬榮, Sun Wanrong), se rebelaron en contra de la emperatriz Wu Tse-tien (武則天, Wu Zetian, 625 – 705). La Emperatriz envió tropas para sofocar la rebelión, pero fueron derrotadas por los kitanes, quienes a su vez aprovecharon para invadir territorios propios del reino chino. Posteriormente, las tropas turquestanas dirigidas por Ashina Mochuo, atacaron la base de los kitanes, matando a Su Wan-jung y eliminando la amenaza de los nómadas hacia la dinastía Tang.
Un nieto de Li Kuko, Li Shih-huo (李失活, Li Shihuo) recibió las manos de la princesa Yunglo (永樂公主), convirtiéndose en la primera princesa de la dinastía Tang que se casa con un noble kitán y él, en el primer jefe de los kitanes que se casa con una princesa de la dinastía Tang. A su muerte en 718, Li Shih-huo recibió el título postúmo de Techin (特進) o funcionario del más alto rango, equivalente a los modernos Consejeros de Estado. Le sucedió su primo, Li Shuo-ku (李娑固, Li Suogu).
Poco antes de la Rebelión de An Lu-shan (755), los kitanes mostraron de nuevo hostilidad hacia la dinastía Tang. Aparte de estas instancias, las relaciones de los kitanes con el imperio chino fueron más o menos estables.

Dije de oro y plata (siglo X). 3,3 cm. Anverso de oro y reverso de plata, simbolizando el sol y la luna. Colección del Museo de Mongolia Interior.

La Colección del Museo de Mongolia Interior posee una rica colección de piezas de la dinastía Liao que han sido transmitidas a través de las generaciones, incluyendo objetos que han sido desenterrados en tiempos más recientes.
En la misma se encuentran raros artículos de oro, plata y piedras semipreciosas de varias tribus de la gran estepa. La mayor parte de los mismos provienen de importantes sitios funerarios de los kitanes; hallazgos arqueológicos que han sorprendido al mundo por su sobresaliente exquisitez y notable peculiaridad.
Durante sus campañas de conquista, los kitanes solían traer de vuelta a sus prisioneros, obligándolos a trabajar como esclavos en el campo o en diversos talleres artesanales. Así, pueblos conquistados del Asia Central, Noreste Asiático y algunas provincias chinas, tales como Shaanxi y Hopei (Hebei), terminaron como artesanos en talleres metalúrgicos, ceramistas y textileros. Con sus experiencias previas, trabajaron materiales tales como el ámbar, ágata, vidrio, jade, porcelana y goma laca.

Collar de ágata perteneciente a la Princesa de Chen(1018 d.C. o antes). Colección del Museo de Mongolia Interior.

Durante la época de gloria de la dinastía Liao, bienes provenientes de Asia Central y Occidental entraban en grandes cantidades a través de las estepas euroasiáticas, ya que el reino recibía tributos de unos sesenta estados vasallos. Incluso, desde China, llegaban emisarios portando tributos de regímenes sucesivos durante las dinastías Tang, Han y Sung. En aquellos tiempos, los kitanes disfrutaron de una muy rica vida material.
Por las vajillas que se conservan actualmente, se puede observar que los kitanes comían y bebían de manera muy similar a los chinos han; a la vez que artículos de escritorios como pinceles y piedras de entintar comprueban que también existía entre ellos una gran aficción a la creatividad artística y literaria. En los objetos de uso diario, se nota una visible influencia de la estética de la dinastía Tang.
Piezas de orfebrería delicadamente trabajadas, tales como collares, aretes y anillos, eran particularmente apreciados por los kitanes. Los finos acabados y líneas elegantes realzan la belleza de tales objetos, aportando una mirada más íntima al estilo de vida de ese ya desaparecido pueblo.
De hecho, los kitanes se comunicaban en un lenguaje propio, que está genéticamente relacionado con las lenguas protomongólicas. También tenían un sistema escrito, con una escritura en mayúscula y en minúscula. En términos funcionales, los dos estilos era independientes y se usaron en forma simultánea durante el Imperio Liao. En el día de hoy, se conservan excelentes ejemplos de esta escritura en epitafios y monumentos de la época. Desafortunadamente, la escritura de esta lengua muerta no ha sido completamente decifrada y muchos textos sobrevivientes de ese período no han podido ser descifrados en su totalidad.
La nobleza kitana vivía en opulencia y procupara que su miembros fuesen enterrados con muchas riquezas. El fallecido era suntuosamente vestido, coronado y adornado con joyas de oro, plata y piedras preciosas. Junto al ataúd se enterraban abundantes artículos de uso diario hechos de oro, plata, jade, piedras preciosas, vidrio y cerámica; como tributo acorde a la posición social del noble que yacía en la tumba.
A mediados de la dinastía Liao, los emperadores decretaron en varias ocasiones una estricta prohibición a los entierros con piezas de oro y plata. Sin embargo, las prácticas funerarias de los kitanes exigían entierros suntuosos, por lo que se comenzó el uso de cerámica tricolor al estilo Tang para cumplir con las normas imperiales y satisfacer los requisitos de la tradición.
Al igual que otros pueblos primitivos, los kitanes daban mucha importancia al inframundo. La creencia en la inmortalidad del alma impulsó a la nobleza kitana a construir cámaras mortuarias con la misma suntuosidad y fineza que los hogares que tuvieron en vida. Por esa razón, un miembro de la nobleza era enterrado con las pertenencias que había usado en vida, así como varios objetos funerarios que simbolizaban el rango y la situación social del occiso.
Muchas tumbas de tiempos de la dinastía Liao han sido desenterradas en la Mongolia Interior y en la región de Manchuria. Las mismas pueden clasificarse en dos grandes géneros: las tumbas de los nobles kitanes y aquéllas de los funcionarios y terratenientes de la etnia han.
En las tumbas más antiguas de los kitanes se encuentran con frecuencia redomas en forma de cresta de gallo, muy peculiares de esta etnia. También van acompañadas de diferentes armas y una montura completa de caballo. Los entierros posteriores tienen cada vez menos objetos funerarios, debido probablemente a cambios en los estilos de vida y en la situación económica del reino.
Sin embargo, algunas de las tumbas de tiempos posteriores siguieron observando los rigurosos rituales y la elegancia de los objetos funerarios. En 1954, se excavó la tumba del Señor de Chengwei (贈衛, Zengwei), yerno de Abaoji, enterrado en 959. Entre los suntuosos artículos funerarios se encontraron ocho arreos completos para caballos, lo que refleja la naturaleza nómada de un antiguo aristócrata kitán.
En 1986, se desenterró la tumba de la Princesa de Chen, que aparte de tener una intrincada estructura, cuenta con una antesala y paredes pintadas con murales que muestran sirvientes de ambos sexos. Abundantes objetos de oro, plata, bronce, cerámica, porcelana, jade, ágata, cristal y vidrio islámico acompañaron a la princesa en su última morada.
Los objetos desenterrados de las tumbas kitanas también nos dan una idea de las creencias religiosas, así como sus interpretaciones sobre la vida y la muerte. A través de estos objetos de arte se ha podido aprender mucho acerca la forma de vida de los kitanes y los contactos que tuvieron con los pueblos vecinos.
La mayoría de los pueblos nómadas que habitaban el norte de China practicaban alguna forma de chamanismo, adorando los poderes espirituales de la naturaleza, representados en objetos que en alguna forma u otro estaban relacionados con los seres divinos de su fe.
Cuando los kitanes establecieron su propio imperio, denominaron a su primer emperador, Abaoji, con el título de Tienhuangwang (天皇王), lo que indica el posible surgimiento de una monarquía teocrática o gobierno mediante la persuación religiosa.
Con la creación de la nación kitán, Abaoji procuró ganarse la amistad de los chinos han, adoptando su cultura y mostrando tolerancia hacia el budismo, confucianismo y taoísmo. En 918, promulgó edictos para construir templos de estas tres religiones en el reino.
Tras la comodidad de muchos años de estabilidad, la nobleza a mediados de la dinastía Liao comenzó a dedicarse al aprendizaje de las enseñanzas budistas. Por otro lado, la gente común también necesitaba de la creencia en alguna religión para ayudar a soportar los rigores de la vida diaria. Con el patrocinio de la Casa Real, los rituales y las prácticas budistas se volvieron muy populares en el reino.
Tanto la Corte como el pueblo dedicaron grandes esfuerzos para construir templos y desarrollar las artes del budismo. El budismo que se practicó en la dinastía Liao era de la secta Vajrayana o del Vehículo del Diamante (vajra), conocido también como budismo tántrico. Muchos monjes viajaron hacia el reino y sus enseñanzas pronto se divulgaron por muchos otros países vecinos, que formaron un círculo de budismo asiático-oriental que tuvo como centro a la dinastía Liao. Esta popularidad del budismo influyó grandemente en importantes dinastías subsecuentes como la Chin, Yuan, Ming y Ching.


Máscara funeraria de oro hallada en la Tumba de la Princesa de Chen (1018 d.C. o antes). 20.5 x 17.2 cm. Colección del Museo de Mongolia Interior.

Sobresalen en la exhibición del Museo los artículos provenientes de tres tumbas: la de la Princesa de Chen; la de Yelu Yuchih (Yelu Yuzhi), primo de Yelu Abaoji; y la de una mujer de identidad desconocida, en el Monte Tuerhchi (吐爾基山, Monte Tuerji). Esta última fue descubierta en marzo de 2003, y se presume que pertenece a la Princesa Yulutuku (Yuludugu), que murió en 914. Es la tumba de la nobleza kitana más antigua que se ha excavado hasta el momento y contiene abundantes objetos funerarios, que reflejan el alto estatus nobiliario de la ocupante.
La historia de la dinastía Liao y de los kitanes mismos tiene una gran importancia dentro del contexto de la historia china. Durante su mayor apogeo, el territorio del Imperio Liao se extendió por la mayor parte de la Manchuria, así como casi toda la Mongolia, tanto exterior como interior, y parte del norte de China.
Desde el período de las Cinco Dinastías (907-907) hasta la dinastía Sung del Norte (960-1127), las relaciones entre los chinos y los kitanes fueron sumamente complejas, caracterizadas por fuertes conflictos militares y períodos de lazos pacíficos. Tales relaciones tuvieron un enorme impacto en el surgimiento y declive de las dinastías chinas antes mencionadas.

Escritura kitán en un frotado de estela de piedra. Notese la similitud con la escritura china.

El significado histórico de la dinastía Liao radica en su sistema de administración dual, que fue instituido para controlar a diferentes grupos étnicos con diferentes medios. Como sistema institucional, fue adoptado por las dinastías no propias de los chinos han que siguieron a los kitanes. Las mismas son la dinastía Chin (金朝, Jin, 1115–1234), de los jurchen; la dinastía Yuan (元朝, 1127 – 1368), de los mongoles; y la dinastía Ching (清朝, Qing, 1644 – 1911), de los manchúes. Empero, la organización del imperio siguió en su mayor parte al patrón de los modelos chinos.
Más aún, con la destrucción del Imperio Liao por los jurchen en 1125, algunos refugiados kitanes dirigidos por Yuelü Tashih (耶律大石, Yelu Dashi) emigraron hacia el Turquestán y fundaron la dinastía Liao Occidental (1124-1211), conocida también como el Kitán Negro o Kara Kitán (Kara Kitai). Los recién arribados se declararon como kitanes provenientes de Oriente, o sea del territorio chino. Pronto, en Persia surgió el nombre de “Khitán” para denominar a China. Posteriormente, el término fue traducido a los diferentes lenguajes altaícos, semíticos y europeos.
A mediados del siglo XIII, los términos Kytay, Catay, Kitai, Ghotai, Chata, Kataya, Katai, Catai, Kitad, Qitay, Cataya, y Cataio fueron sinónimos de China. Muchos autores de la época, especialmente los escritores árabes usaron el término “Kitán” para referirse a China. Incluso Marco Polo, en su famosa obra sobre sus viajes a China, se refiere al reino que supuestamente visitó como Catay. Cuando Cristóbal Colón emprendió sus viajes hacia el Nuevo Mundo, lo hizo pensando en buscar una ruta alterna para llegar a India y “Catay”.
Cerca de trescientos años duró esta confusión, hasta que fue corregida en el siglo XVI, cuando se comenzó a usar China como nombre del país situado en Asia. En el día de hoy, en ruso y algunas de las lenguas eslavas siguen usando el término “Kitán” como nombre general para denominar a China.
Sin embargo, los kitanes desaparecieron como etnia cuando fueron desbandados por los jurchen, siendo forzados a integrarse con los como ciudadanos jurchen. Siendo pueblos nómadas que fueron conquistados a fuego y hierro, se sintieron avergonzados de la afrenta a sus antepasados y decidieron, como muestra de máximo honor y respeto a su propia dignidad humana, olvidarse de una vez por todas de sus ancestros para adoptar plenamente la nacionalidad jurchen. Estos a su vez, posteriormente se convirtieron en la etnía manchú, que actualmente conserva su identidad étnica, pero se ha adaptado por completo a la tradición de los chinos han, adoptando sus costumbres, apellidos, sentido de identidad y ritos.
El trono en Kara Kitán fue usurpado por los naimanos bajo Kuchlug en 1211; las fuentes tradicionales chinas, persas y árabes consideran esta usurpación como el final del imperio. Los kitanes remanentes que formaron la dinastía Liao Occidental fueron finalmente conquistados por los mongoles en 1218. Algunos de sus integrantes fueron asimilados dentro del pueblo mongol, otros huyeron a diversos poblados menores en la actual provincia de Yunnan y otros países vecinos como Birmania. Adoptaron apellidos chinos y se estima que sobreviven unas 150 mil personas de origen kitán en esas regiones. Desde la dinastía Yuan, fueron clasificados como chinos de la etnia han; sin embargo, en los altares familiares de muchas de estas familias chinas se sigue venerando como antepasado al clan Yelu.
El escritor e historiador Su Sung (蘇頌, Su Song, 1020 – 1101) de la dinastía Sung fue nombrado emisario ante el Estado de Liao en 1072. A su retorno de la misión diplomática compuso el poema Desde una tienda kitán, cuyos versos narran:

Hogar donde van el ganado y los caballos,
bajo un alto cielo y con pocos carruajes.
Cazar durante la temporada es la forma de vida,
sin un nativo en un millar de millas.

Manjares exquisitos de leche y carne de cordero,
lujosos abrigos de pieles y cuero.
Tranquilidad y comodidad en la tierra distante,
abundancia hasta saciar el corazón.


Las cortas líneas describen de forma vívida los paisajes norteños y el estilo de vida libre y animado de los kitanes, siguiendo su tradición nómada. Muchos otros emisarios enviados por la corte Sung también retornaron con impresiones similares acerca de la dinastía Liao.
A pesar de su diferente origen, los kitanes entraron juntos con los mongoles, uigures, huis, tibetanos y otras etnias, y se amalgamaron en ese enorme mar histórico y cultural llamado China.
En Taiwan, muchas familias de apellido Wu, Chang, Ho, Tao, Pai, Huang, Huo, Hu y Chin tienen antepasados kitanes. Esta es una muestra de la diáspora de un pueblo cuyas glorias quedaron eternamente enterradas en el pasado.