lunes, 29 de octubre de 2012

¿Llegó el fin del mundo?


La reproducción a gran escala de una pirámide maya se encuentra ubicada
en el patio central del Museo Nacional de Ciencia Natural, en la ciudad de Taichung.

     El año 2012 ha sido considerado como un año particularmente “especial” en el campo de la escatología, ya que han surgido varias predicciones que infieren que llegará el “fin del mundo” a finales del año.

Según algunos autores de la llamada “Nueva Era”, varios de ellos sencillamente sensacionalistas, los habitantes de la Tierra experimentarían una positiva transformación física o espiritual, que marcaría el comienzo de una nueva era.
    Tal vez, la versión más divulgada y popular es aquélla basada en el calendario maya, que termina un ciclo de 5.125 años de duración en la cuenta larga. Otras versiones, menos divulgadas pero iguales de sensacionalistas, hablan del choque de la Tierra con un planeta desconocido o un asteroide errante, la aparición de un agujero negro o la llegada de una gran actividad solar.
     Estudiosos de varias disciplinas han descartado la idea de la catástrofe del “fin del mundo” en 2012. Los principales especialistas en estudios mayas han llegado a la conclusión de que las predicciones supuestamente mayas acerca del “fin del mundo” no están fundamentadas en ninguno de los clásicos calendarios mayas de cuenta larga, y al contrario, la idea de que el calendario de la Cuenta Larga “termina” en 2012 deforma la historia maya.
     Lo más probable es que el pueblo maya en sí, no considera significativa la fecha, y las fuentes clásicas son escasas y contradictorias, lo que sugiere que hubo poco acuerdo entre ellos acerca de las posibles hipótesis.
     Por otro lado, los astrónomos y otros científicos han rechazado estos pronósticos apocalípticos como una pseudociencia, señalando que los eventos anticipados se contradicen con las más simples observaciones astronómicas. Además, la Administración Nacional de Aeronáutica y Espacio de Estados Unidos ha comparado los temores sobre el 2012 con el temor al fin del mundo del 31 de diciembre de 999 y el 31 de diciembre de 1999, que implicaban la llegada de un nuevo milenio.
    Uno de estos autores escatológicos, Terence McKenna, incluso llegó a relacionar su hipótesis sobre el “fin del mundo” con una interpretación muy particular suya sobre el I-Ching o libro canónigo chino que versa sobre los cambios. Esta versión es totalmente contraria al enfoque principal del I-Ching, que precisamente es una obra que sirve de advertencia contra este tipo de aseveraciones extremas. Según McKenna, el Universo habrá alcanzando una singularidad de complejidad infinita en el 2012, en que cualquier punto y toda cosa imaginable ocurrirá simultáneamente. Partiendo del bombardeo atómico de Hiroshima en 1945 como la base, este autor calcula la fecha final del mundo para noviembre de 2012.
    El calendario maya de cuenta larga identifica las fechas contando los días a partir del 11 de agosto de 3114 a. C. El conteo se realiza de acuerdo con el sistema vigesimal de numeración que se empleó en Mesoamérica durante la época precolombina. Las fechas eran representadas en forma de columnas que se leían de abajo hacia arriba en un sistema posicional que se valía del cero para poder representar cantidades excepcionalmente grandes.


   Una enorme maqueta del Sistema Solar presenta a los visitantes la posición de la Tierra con respecto al Sol y los otros planetas.


     Los mayas denominaban al día como kin y cada 20 kines constituían un mes, denominado como uinal. El año maya constaba de 18 uinales o meses, con un total de 360 días. El año maya era conocido como tun. En algunos calendarios ceremoniales mayas, existía el conteo de la trecena o período de 13 días, con un “año” de 20 trecenas o 260 días.
     Así como el calendario gregoriano cuenta con series de años conocidas como lustros, décadas, siglos o milenios; el calendario maya contaba con un sistema de conteo en serie con ciclos de 20 unidades. Así, veinte tunes o años constituyen un katún o período de 7.200 días. Según las interpretaciones de los escritos mayas, katún significa fin de un período o cierre de un período de tiempo.
     Sin embargo, algunas fuentes consideran que un katún es un período de 13 años que contaban los mayas. Esta discrepancia surge de la existencia de varios calendarios o sistemas de conteo de los días, basados en los diferentes usos. En este sentido, el calendario ceremonial tenía un total de 260 días, y para los mayas, este período de tiempo era considerado como el año sagrado.
     La serie más larga que se usaba en el calendario maya era el baktún o conjunto de 20 katunes o sea 144.000 kines o días, que equivalen a unos 394,3 años. De acuerdo al calendario maya, el 21 de diciembre de 2012 es el primer día del decimotercer baktún.
     En raras ocasiones, los mayas llegaron a emplear otras unidades de cómputo calendárico mayores que el baktún. En orden ascendente, los mayas empleaban las unidades conocidas como piktún, kalabtún, kinchiltún y alautún. Estas denominaciones fueron esencialmente usadas en los cálculos astronómicos. Al igual que en las articulaciones anteriores, existe un problema para conocer en forma precisa estos períodos mayores, ya que se desconoce si el primer pictún comenzaba con la conclusión de 13 ó 20 baktunes.
     Para ayudar en la aclaración del enigma del “fin del mundo”, el Museo Nacional de Ciencia Natural inauguró el 12 de julio una interesante exhibición donde se procura explicar científicamente las causas y posibilidades de una catástrofe que pueda poner en peligro a la existencia misma del planeta.
     La muestra, denominada Exhibición de 2012, Fin del Mundo: Catástrofe y Resurgimiento, se realizó con el patrocinio del Ministerio de Educación y el Gobierno de la Ciudad de Taichung, donde se encuentra ubicado el mencionado museo. También se contó con la asesoría de la Oficina de Enlace de México en Taiwan y otras entidades académicas y empresariales.
     La exposición, que estará abierta al público hasta el 24 de febrero de 2013, cuenta con 18 puntos temáticos. El recorrido ideal de un visitante a la muestra debe iniciarse con un vistazo a una reproducción en gran escala de una pirámide maya, con un reloj electrónico de cuenta regresiva que va registrando el tiempo que falta para la llegada del momento crucial, anunciado para el 12 de noviembre de 2012. La pirámide se encuentra en el patio central del museo, atrayendo la vista de todos tras de ingresar a sus salas de exhibición.
     De allí, se pasa al tema histórico y astronómico, donde se muestran un par de acontecimientos del pasado que podrían tener alguna relación con el temible “fin del mundo”.


La sala audiovisual que muestra los efectos de un posible impacto de la Tierra con otros cuerpos siderales es un punto de atracción a la entrada de la exhibición.


     La primera entrada histórica nos presenta el pasaje bíblico de la destrucción de Sodoma y Gomorra. Según el Génesis 19, 27-28: “Yaveh hizo llover azufre y fuego sobre Sodoma y Gomorra, destruyó estas ciudades y cuantos hombres habían en ellas”. El pequeño escaparate procura explicar científicamente la lluvia de azufre y fuego de este pasaje bíblico. Es probable que un meteorito o lluvia de restos de algún cuerpo celeste haya caído sobre estas ciudades, causando su total destrucción.
     La segunda entrada histórica se refiere al controversial tema de la desaparición de los dinosaurios. Se ha tratado de explicar este episodio de la evolución e historia de la Tierra a través de diversas teorías. Una de las más divulgadas es la del impacto de un gran meteorito que hizo cambiar súbitamente el clima del mundo. La sección muestra algunas de las evidencias en torno a este cataclismo.
     Seguidamente, vienen secciones relacionadas con la astronomía, explicando el origen de cuerpos siderales que terminan estrellándose contra la Tierra. Por medio de fotos y pequeñas maquetas, se presenta la trayectoria de estos asteroides y cómo se producen las llamadas lluvias de meteoros o tormentas de meteoritos.
     Una de las secciones está dedicada al Observatorio Lulin, operado por la Universidad Nacional Central. El sitio de investigación astronómica está ubicado en el Monte Lulin, un pico a 2.862 metros sobre el nivel del mar, ubicado dentro del Parque Nacional Yushan. El observatorio fue terminado de construir en 2002 y el mismo ha sido famoso por sus observaciones de cometas. Precisamente, el famoso Cometa Lulin, cuya mayor aproximación a la Tierra se produjo el 24 de febrero de 2009, fue descubierto por este observatorio. En la actualidad, este centro astronómico realiza observaciones de las supernovas, así como las explosiones de rayos gamma en el espacio exterior.
     Complementando tales explicaciones e ilustraciones sobre astronomía, se encuentra una muestra de algunos fragmentos de meteoritos que han caído en diversos sitios del planeta.
     La segunda parte de la interesante exhibición tiene que ver con el origen y la diversidad de la vida en la Tierra, así como la exploración en búsqueda de señales de vida en otros planetas.
     Para ese propósito, se muestra una reproducción sobre el Sistema Solar, colocada sobre un enorme panel de vidrio, donde los visitantes pueden tener una idea aproximada de la posición de la Tierra con respecto al Sol y los otros planetas. En la proyección sobresale el cinturón de asteroides que alberga una multitud de objetos irregulares denominados por algunos autores como los planetas menores. La franja se encuentra entre las órbitas de Marte y Júpiter. La maqueta tiene en su borde extremo una representación del cinturón de Kuiper, un conjunto de cuerpos de cometa que orbitan el Sol más allá de la órbita de Neptuno. Los cuerpos que se encuentran en este cinturón son conocidos como objetos transneptunianos o transneptúnicos
     El contenido de la muestra se refuerza a través de muchos programas interactivos que ponen a prueba la capacidad mental de los visitantes, mediante preguntas y problemas relacionados con los estudios astronómicos.
     Todo el conjunto de la exhibición procura explicar la posibilidad de una terrible catástrofe causada por el impacto de algún objeto sideral de grandes proporciones, así como el resurgimiento de la vida tras el cataclismo, tal como pudo haber ocurrido hace millones de años, cuando comenzó la evolución de los seres que poblan actualmente el planeta.

(Fotos cortesía de Chang Su-ching)

1 comentario:

  1. Excelente post amigo, muchas gracias por compartirlo, da gusto visitar tu Blog.
    Te invito al mio, seguro que te gustará:
    http://artesmarcialesdelmundo-oz.blogspot.com/

    Espero tus comentarios, un gran saludo, Oz.

    ResponderEliminar