lunes, 29 de octubre de 2012

Wu Ting, monarca ejemplar de la dinastía Shang


Recipiente de bronce en forma de búho de Fu Hao.
Esta pieza de bronce es denominada tsun y era un
recipiente para bebidas usado durante el período Shang.
En la boca, lleva inscrito los caracteres "Fu Hao".

Históricamente hablando, la dinastía Shang (商朝) es la segunda dinastía formal en China. Es conocida también como la dinastía o período Yin (殷代), siendo la era más importante dentro de la Edad del Bronce en China. Cronológicamente, se estima que duró desde 1766 a 1122 a.C. Sin embargo, resulta difícil determinar el tiempo exacto que duró la dinastía Shang, ya que según algunos tratados antiguos, como Los Anales del Bambú, afirman que los monarcas Shang reinaron de 1556 a 1046 a.C.. Un reciente proyecto para determinar la cronología de los períodos Hsia (夏朝, Xia), Shang y Chou (周朝, Zhou) concluye que los Shang reinaron de 1600 a 1046 a.C..
Hacia finales del período Shang, el rey Wu Ting (武丁, circa 1324 – 1266 a.C. o tal vez 1238 – 1180, Wu Ding) y la Dama Hao (婦好) sobresalen por ser una pareja ejemplar en la historia de los emperadores chinos. Sin embargo, su historia no fue conocida sino hasta el siglo XX, más de tres milenios después de su muerte.
Wu Ting fue el 23º monarca de la dinastía Shang. Registros históricos indican que su tío, el rey Pan Keng (盤庚, Pan Geng), trasladó la capital de los Shang a Yin (殷墟, actualmente Anyang, en la provincia de Honan). Después de los reinados de los monarcas Hsiao Hsin (小辛, Xiao Xin) y Hsiao Yi (小乙, Xiao Yi), Wu Ting asumió al trono, donde gobernó durante 59 años. Durante su reinado, Wu Ting se preocupó mucho por su pueblo, algo sumamente raro en el mundo de ese entonces. A la vez, reclutó personas capaces y virtuosas para servir en su Administración, pavimentando el camino para la época cénit de la dinastía Shang.

Semblante del rey Wu Ting, según deducciones de historiadores y letrados de la dinastía Ching.

Por su benévolo reinado, fue postúmamente designado Kaotsung (高宗, Gaozong), que significa “Antepasado Sublime”. Históricamente, ha sido exaltado como un líder del renacimiento dinástico y es un modelo del gobernante ilustrado que mencionaría posteriormente Confucio en sus pensamientos.
Sin embargo, siendo un monarca tan antiguo, muchos académicos e intelectuales consideraron hasta muy recientemente que era simplemente un personaje folklórico, creado tal vez con el fin de enseñar el buen arte de gobernar. Así fue hasta que las excavaciones arqueológicas arrojaron luz sobre la gloria y el esplendor de ese reinado.
Wu Ting fue el monarca que tuvo el reinado más largo entre todos los reyes de la dinastía Shang. Fue criado entre la gente común, y por ende, conocía muy bien las dificultades de la vida rural de aquel entonces.
Según los registros historiográficos, él no pudo encontrar a un asesor competente al inicio de su reinado, por lo que optó en no conversar con nadie durante tres años, dejando que los asuntos políticos fuesen decididos por sus asesores. Pero, en una ocasión escuchó acerca de Fu Yue (傅說, circa 1335 – 1246 a.C.), un hombre sabio que era leal y sincero. Enseguida, ordenó que fuesen emisarios por todo el imperio para encontrar al hombre ideal que necesitaba en su corte. Finalmente, los emisarios lo encontraron siendo un humilde trabajador sumido a la esclavitud.
Wu Ting ordenó su liberación y lo nombró al más alto ministerio, lo que equivaldría en un primer ministro de nuestros días. Fu Yue mostró ser un hombre magnánimo y teniendo en sus manos todo el poder del reino, nunca lo usó para vengarse de sus antiguos enemigos. La gran contribución del sabio fue restaurar la virtud y de esta manera, salvó la dinastía Shang de un inminente colapso.
Otro gran sabio de esa época, Kan Pan (甘盤, Gan Pan), fue asesor de Wu
Ting durante los primeros años de su reinado. Kan enseñó al joven rey nociones profundas de moral que influyeron en sus posteriores decisiones políticas. La dinastía Shang alcanzó su mayor apogeo durante el reinado de Wu Ting, decayendo posteriormente en el transcurso de los reinados que le siguieron. Finalmente en 1046 a.C., durante la Batalla de Muye, el último rey de los Shang, Ti Hsin (帝辛, 1105 – 1046 a.C., Di Xin), fue derrotado por el ejército de los Chou, dando inicio a la dinastía de este nombre.
El rey Wu Ting fue un gran guerrero y logró derrotar a los Kueifang (鬼方, Guifang) en el norte, a los bárbaros Kiang (羌, Qiang) en el oeste; y a los Chingman (荆蠻, Jingman) en el sur. Esas campañas lograron expandir considerablemente el territorio de los Shang, que se convirtió de una ciudad-estado a un vasto reino.
Su consorte, Fu Hao, también fue una valerosa guerrera. Según inscripciones en huesos de oráculo, ella comandó un ejército para combatir contra los Kiang. Se estima que dicho ejército contaba con 3 a 5 mil soldados. Las tropas Shang capturaban a todos sus enemigos sobrevivientes, que posteriormente eran usados como esclavos o para sacrificios humanos.
Las formaciones de batalla de los ejércitos Shang estaban integradas por soldados armados con alabardas y vestidos con armadura, cascos y escudos. Entre las tropas terrestres se encontraban unidades equipadas con lanzas que arrojaban para dispersar al enemigo y permitir el avance de sus guerreros.
Posteriormente, la introducción de carros de batalla tirados por caballos aumentó la velocidad y el alcance del movimiento de las tropas, permitiendo una reacción más inmediata y el traslado de unidades a campos de batalla distantes. Una fuerte presencia militar trajo como resultado mayor estabilidad en las regiones fronterizas, asegurando el transporte de importantes recursos y promoviendo el flujo de las actividades comerciales.
Con la extensión de sus confines territoriales, la dinastía Shang entró en contacto con pueblos de culturas y formas de vida muy diferentes, que posteriormente fueron integrándose en mayor o menor grado en las costumbres del imperio. Evidencia de esto lo encontramos en los objetos desenterrados en las ruinas de Yin. Entierros con un juego de cuchillo y hacha, típicos de los pueblos de las estepas del norte, han sido encontrados en dicho lugar, sugiriendo que los Shang conquistaron y capturaron personas de esas latitudes. Estos prisioneros eran traidos como esclavos a la capital y posiblemente eran también usados para sacrificios humanos en las ceremonias religiosas. También se han encontrado dagas triangulares y primitivos cacharros similares a la porcelana, objetos típicos de las culturas sureñas; indicando que los Shang también tuvieron contactos con las culturas del sur de China.
A partir de 1929, el Instituto de Historia y Filología de la Academia Sínica comenzó una serie de excavaciones a gran escala en las zonas de Hsiaotun (小屯村, Xiaotun) y Houchiachuang (侯家莊, Houjiazhuang) en el distrito de Anyang (安陽), en la provincia de Honan (河南省). El sitio fue sede de la capital del período Shang.
En el transcurso de tales exploraciones, se descubieron las tumbas reales y los cimientos de antiguos monumentos ancestrales del período Shang, dando prueba irrefutable de la existencia de tal dinastía.
El descubrimiento de la Tumba 1001 en la zona de Houchiachuang comprobó la presencia del enterramiento de un monarca. En junio de 1936, se logró desenterrar una fosa (YH127) conteniendo gran cantidad de huesos de oráculos. En total, se recobraron más de 17.000 huesos de animales y caparazones de tortuga con un gran número de carácteres tallados sobre los mismos. Estudios posteriores revelaron que tales inscripciones eran registros de adivinaciones ordenadas por Wu Ting antes de realizar sacrificios, batallas o incluso asuntos relacionados con la vida diaria.

Caparazón de tortuga con inscripciones oraculares. El rey Wu Ting solía hacer consultas al oráculo para casi todas las cosas que hacían.

Este valioso material no sólo proporciona informaciones acerca de la genealogía de la familia real Shang según los “Anales de Yin” de la obra Registros del Gran Historiador, escrita durante la posterior dinastía Han; sino que también constituye un rico archivo de datos para entender mejor la religión, política, vida diaria y cosmovisión de la sociedad en aquel tiempo. Al mismo tiempo, nos da una mirada hacia cómo Wu Ting logró convertirse en el “Líder de los Chamanes” en el mundo del chamanismo del período Shang. A través de tales inscripciones, verificamos la existencia de un maduro sistema de escritura que testifica hacia un período aún más antiguo en la historia del origen de los carácteres chinos. Muchos caracteres chinos encontrados en las inscripciones de las ruinas de Yin aún siguen en uso hoy en día.
La sociedad durante la dinastía Shang estuvo básicamente dividida en tres clases: la nobleza, los comunes y los esclavos. Varios clanes que vivían fuera de los territorios del reino fueron enfeudados para que controlasen tales territorios y mantuviesen el orden, asegurando que el transporte de los bienes a la capital fuese ininterrumpido. Un ejemplo de ello fue el clan Hsi, que administraba el estado vasallo de Hsi (息國, Xi), situado en Hsiaonanchuang (小南庄, Xiaonanzhuang), Wenhsien (溫縣, Wenxian), provincia de Honan.

Las excavaciones de las tumbas reales en la provincia de Honan han proporcionado importantes informaciones acerca de la genealogía de la familia real Shang.

Las excavaciones en Anyang no sólo arrojaron textos con un sistema de escritura, sino también comprobaron la existencia de una cultura de la Era del Bronce que había logrado alcanzar un muy avanzado estado de desarrollo.
El director de las excavaciones fue Li Chi (1896 – 1979), el primer investigador chino que realizó levantamientos de un sitio arqueológico. Li fue un discípulo del geólogo sueco Johan Gunnar Andersson (1874 – 1960).
Andersson introdujo la arqueología moderna a China, a pesar que su vocación original era la Geología. Originalmente, fue contratado como asesor de minas por el Servicio Geológico de China; pero pronto, las excavaciones realizadas por sus colegas y discípulos chinos lograron reunir más piezas arqueológicas y paleotológicas que muestras geológicas.
Sobre esta situación, Li Chi escribiría: “La Vieja China, durante siglos un punto de caza para el imperialismo europeo, se vio forzada a abrir sus puertas de par en par para cualquier cosa que el ‘supremo poderío blanco’ quisiera, incluyendo estudios de campo en ciencia”. Como estudiante en Harvard, logró combinar la metodología tradicional china con la nueva disciplina de la arqueología.
En cierto sentido, Anyang fue el sitio de la reconciliación entre el aprendizaje literario tradicional chino y la arqueología de campo. Los historiadores chinos, influenciados desde inicios del siglo XX por la historiografía occidental, comenzaron a buscar pruebas empíricas de las etapas legendarias de la historia de China.
Los huesos de oráculos en Anyang, traficados originalmente por excavadores inescrupulosos como “huesos de dragón”, abrieron un vastos nuevo horizonte para esos intelectuales. A partir de entonces, se tomó más en serio la perspectiva de enriquecer el contenido de los viejos documentos escritos en chino con los nuevos descubrimientos en el campo arqueológico.
Las excavaciones en Anyang se vieron interrumpidas por la invasión japonesa contra China y el inicio de la Guerra de Resistencia Sino-japonesa en 1937. Al terminar la guerra en 1945, las esperanzas de reanudar tales exploraciones se vieron rápidamente opacadas con la subsecuente guerra civil entre nacionalistas y comunistas.
El traslado del Gobierno Nacionalista a Taiwan produjo una grave separación de los especialistas y materiales de las excavaciones. El grupo encargado de las excavaciones en Anyang, dirigido por Li Chi, emigró a Taiwan junto con los nacionalistas. Recién en 1950, los comunistas en el territorio continental decidieron crear la Academia China de Ciencias, concebido al estilo de las academias soviéticas. Con ello, se reanudaron las excavaciones en Anyang, aunque sufrieron de los ataques de la Revolución Cultural en las décadas de 1960 y 1970.
Las reliquias recobradas en Anyang muestran una avanzada tecnología en el trabajo del bronce. Debido a la importancia de los rituales en esa época, emergieron nuevas formas de cacharros durante la dinastía Shang, que servían para calentar, servir y beber una bebida alcohólica muy similar a la cerveza, hecha con cereales fermentados.
Tales cacharros cuentan con una rica y exquisita decoración con bandas horizontales que se centran con motivos circulares que asemejan los ojos sobresalientes de una especie de máscara denominada taotieh. Hasta ahora, se desconoce el verdadero significado simbólico de tales ilustraciones. Posteriormente, esta criatura fabulosa se fue asociando con descripciones más realistas de tigres, venados, tortugas, machos cabríos o peces, combinados con diseños geométricos.
En particular, destacan los bronces de Fu Hao, que llevan la marca de la élite de esa época: grandes dimensiones y un estilo monumental. Tenían diversas formas, siempre con una decoración compleja. Muchos tenían la forma del búho, considerado entonces como un ave de buen augurio.
La Dama Hao, conocida también como Fu Hao, fue la consorte favorita de Wu Ting. A pesar de no estar registrada en los textos históricos posteriores, la encontramos en las inscripciones de los huesos de oráculos, despertando mucho interés por su estudio a fines de la dinastía Ching (1644 – 1911, Qing). Según las inscripciones en huesos de oráculos, la Dama Hao fue madre, sacerdotisa e incluso comandante de tropas en tiempos de guerra.

Recipiente de bronce para beber. Su forma tripoidal permitía calentar el líquido mediante pequeños tizones encendidos colocados en la parte baja del objeto.

En 1976, arqueólogos de la Academia China de Ciencias Sociales realizaron excavaciones en las ruinas del palacio Yin en Hsiaotun y descubrieron la tumba intacta de esta legendaria señora. De este enterramiento se recobró una gran cantidad de exquisitos artefactos, dando testimonio de la autoridad, posición social, relaciones y estilo de vida de la Dama Hao. Muchos objetos de hueso, jade y bronce tienen formas poco usuales, comprobando los niveles artesanales, tecnológicos y artísticos que habían durante el reinado de Wu Ting.
Poco se sabe de la vida temprana de la Dama Hao. Lo que sí se sabe es que el emperador Wu Ding para cultivar buenas relaciones con las tribus vecinas decidió casarse con una mujer de cada una de ellas. Fu Hao (se dice que era una de las 60 esposas del Emperador) entró en la casa real a través del matrimonio y aprovechó la sociedad esclavista semi-matriarcal para subir en el escalafón.
La tumba de la Dama Hao es una de las tumbas en mejor estado de preservación de esa era. Los arqueólogos pudieron identificar con gran facilidad a la ocupante del suntuoso ataúd. Aparte de ser conocida a través de los textos en huesos de oráculos, su nombre estaba inscrito en los recipientes rituales de bronce en la tumba.
Aparte de describir aspectos de la vida diaria de la Dama Hao, las inscripciones en huesos de oráculos también nos revelan dos aspectos de la participación de la poderosa señora en los asuntos reales que normalmente no eran aptas para mujeres en aquéllos tiempos. La Dama Hao participaba en las ceremonias rituales y campañas militares.
El monarca Shang ejercía pleno control sobre los asuntos rituales. Sin embargo, la Dama Hao obviamente gozaba de la confianza de su marido, ya que éste le instruyó en repetidas ocasiones que dirigiera rituales especiales y presidiera sacrificios. Al mismo tiempo, ella dirigió numerosas campañas militares en contra de las vecinas tribus Tu, Pa, Yi y Kiang.
Por ejemplo, en un hueso de oráculo se nota la petición acerca de si la Dama Hao debería o no reunir a los soldados antes de un ataque. En otro, se reporta que el rey ordenó la formación de soldados para la campaña de la Dama Hao en contra de la tribu Tu (土方).
En la tumba de la Dama Hao se encontraron más de cien armas, lo cual es muy raro en un sitio funerario de una mujer. Esto nos comprueba su posición como una líder militar. En su tumba se encontraron más de dos mil objetos, incluyendo 468 cacharros de bronce, 150 piezas de jade, 560 objetos hechos de hueso y más de 110 piedras semipreciosas. La Dama Hao también fue enterrada con cerca de siete mil conchas de caurí, que eran usadas como moneda durante la dinastía Shang.
Entre las inscripciones en huesos de oráculos encontramos anotaciones de Wu Ting preguntando a los dioses acerca de cómo saldría el parto de la Dama Hao y si el problema dental de ellas se mejoraría. Estas peticiones comprueban cuánto se preocupaba Wu Ting de su esposa.
Aparentemente, las creencias religiosas jugaban un papel muy importante en la vida diaria de Wu Ting y la Dama Hao. Gracias a su hábito de hacer consultas al oráculo para casi todas las cosas que hacían, encontramos ahora descripciones de su vida diaria con sorprendentes detalles. Así, podemos saber que la vida en el Palacio Real de los Shang estaba llena de rituales y los licores acompañaban toda clase de eventos y celebraciones. En su mundo espiritual, aves míticas y extrañas bestias jugaban papeles importantes entre los seres espirituales que respetaban y temían. Por esa razón, encontramos sus semblantes estilizados en los objetos de uso diario, con claros rasgos de dragones, máscaras simétricas de bestias feroces, búhos y serpientes.

Elefante de jade encontrado en la tumba real de la Dama Hao. Era usado como adorno de vestido.

El Wu Ting realizaba con frecuencias grandes sacrificios con el objeto de comunicarse con sus antepasados, solicitando sus bendiciones y ayuda para ahuyentar las malas influencias. En muchos de los huesos de oráculos, encontramos inscripciones donde el monarca pide reverentemente que los espíritus se manifiesten si estaban de acuerdo con los preparativos y tipos de sacrificios, de modo que pueda proceder acordemente con los sacrificios y recibir las bendiciones que pedía.
En esos ritos, el rey Shang pedía a los espíritus ancestrales que descendieran y tomasen las ofrendas durante la ceremonia. Grandes recipientes de vino representaban el respeto y temor que la nobleza Shang sentía por los espíritus; mientras que los instrumentos ceremoniales de jade impartían un aire de dignidad y solemnidad a los ritos. A la par con el avance de la ceremonia, instrumentos musicales de arcilla, bronce y piedra, así como instrumentos de viento hechos de hueso impartían notas sonoras para acompañar el ritual prescribido.
A finales de la dinastía Shang, las condiciones climáticas de China eran probablemente diferentes a las actuales. Las inscripciones en huesos de oráculos mencionan algunos de los animales que capturaban los reyes de ese período, dándonos una idea acerca del entorno natural que existía entonces. Aparentemente, estaban familiarizados con grandes mamíferos tales como el elefante y el rinoceronte. También se hace mención de un “bestia con cuernos”, lo cual podría indicar la presencia de manadas de búfalos de agua en un entorno muy húmedo. Además, la presencia de una gran cantidad de conchas de caracoles de diferentes orígenes indican que la gente del período Shang conocía del uso de los mismos.
El estilo de vida de la alta sociedad y la nobleza durante la dinastía Shang era muy esplendoroso en el mundo de ese entonces. Los vestuarios y suntuosos objetos de la vida diaria reflejan un alto sentido estético. Patrones basados en aves y dragones que se originaron en sus creencias religiosas, estaban íntimamente integrados en la vida diaria y el entorno durante este período.
Otro aspecto interesante de la nobleza de los Shang era que tenía un gran interés por los artefactos antiguos. Entre los objetos hallados en los enterramientos de la época se han encontrado objetos de jade del período neolítico. También, los artesanos Shang usaban esos objetos antiguos como modelos para hacer imitaciones de los mismos.
Los objetos que más sobresalen en las tumbas de los Shang son los cacharros de bronce. Por ejemplo, una gran cantidad de ellos fueron desenterrados en la tumba de la Dama Hao. De tales objetos, 74% de ellos eran vasijas para bebidas alcohólicas, lo que refleja la importancia del consumo de tales bebidas y la abundancia en las cosechas de granos. Durante los banquetes de la Corte, se servían muchos tipos de carnes, granos y frutas en cacharros de bronce. También se conoce que cocinaban sopas a base de carne, pescado y otros ingredientes en grandes calderos de bronce.

(Fotos cortesía del Museo Nacional del Palacio, Taipei, Taiwan, Rep. de China)

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